Un estudio propone un protocolo de comunicación para mejorar el diálogo entre ciencia y sociedad en España

Viernes, 19 Enero, 2018

Un estudio de la Universidad Jaume I propone un protocolo de comunicación para mejorar el diálogo entre ciencia y sociedad en España de cara a una investigación más responsable.Los resultados de la investigación, financiada por la Convocatoria de ayudas para el fomento de la cultura científica, tecnológica y de la innovación de FECYT, se recogen en una publicación en abierto.

La Unidad de Cultura Científica de la Universidad Jaume I, en colaboración con el grupo de investigación para la Gestión de la Ética y la Responsabilidad Social (GERSE), han desarrollado un estudio sobre la situación del diálogo entre ciencia y sociedad a España que incluye una propuesta para avanzar hacia un modelo comunicativo más interactivo y bidireccional que de respuesta a la demanda de una investigación e innovación responsables. El estudio y sus propuestas está disponible en abierto.

La fotografía realizada a la situación del diálogo entre ciencia y sociedad en España muestra como los centros de investigación españoles mantienen una intensa actividad de comunicación y divulgación de la ciencia. Sin embargo, el modelo de la RRI plantea la necesidad de avanzar más hacia una mayor participación e interacción y un diálogo más directo. «Algunos grupos y centros de investigación están avanzando ya en esta línea incorporando la RRI o aspectos como la ciencia ciudadana o el aprendizaje servicio.

Sin embargo, aunque es algo minoritario. Se trata de un fenómeno muy reciente y es previsible y necesario que aumente en los próximos años de cara a avanzar hacia una ciencia más sostenible y adaptada a los intereses y valores de la sociedad », explica Francisco Fernández Beltrán,

De cara a favorecer un mayor diálogo entre ciencia y sociedad, que promueva una investigación e innovación realizadas "para" la sociedad, pero también «con» la sociedad, el estudio dirigido por el catedrático de Ética Domingo García Marzá plantea un protocolo de comunicación y una serie de buenas prácticas. "Se trata de favorecer, a través de la comunicación y el diálogo, que las personas afectadas por una investigación o una innovación sean escuchadas y sus intereses legítimos tenidos en cuenta. Es necesario responder, en el sentido de dar respuesta a la sociedad, pero también en el sentido de responder públicamente de lo que hacemos desde las universidades y los centros de investigación en materia de ciencia y tecnología", destaca García Marzá.

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