Sea como docentes, educadores/as o familias, tenemos la experiencia de ver como ante la misma situación que involucre algo “de ciencias” o “de núme
tecnología
El posicionamiento respecto al ámbito científico-tecnológico de nuestros estudiantes se forja en base a muchos y diversos factores, ¿qué papel juegan sus intereses? ¿y sus aspiraciones? ¿Influye más su capacidad real o la que creen que tienen? ¿Qué impacto tienen las familias y docentes que rodean a cada chica y chico, cada niño y niña?
Tanto las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) como las redes sociales han suscitado, ya desde sus orígenes, grandes debates sobre la idoneidad de su uso en el aula por parte de estudiantes, docentes y familias. Estos debates complican las decisiones de los equipos directivos de los centros educativos, que se dividen entre quienes apuestan firmemente por el uso de TIC de manera global y quienes prefieren un uso más focalizado en la propia competencia digital.
¿Aprendemos mejor con las TIC en el aula? ¿Papel o en pantalla? ¿Sigue siendo necesario practicar la caligrafía o nos centramos en la escritura digital? ¿Cuáles son las ventajas de las pizarras digitales? ¿Es necesario que cada estudiante tenga su tablet o portátil? Y, ¿qué hay de las redes sociales?