Cómo puedes ayudar para el tratamiento y prevención de la leishmaniosis canina

Miércoles, 20 Junio, 2018

La plataforma de crowdfunding para proyectos científicos Precipita, que gestiona FECYT ofrece a los ciudadanos la posibilidad de colaborar en un proyecto que desarrollan investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) para tratar y prevenir la leishmaniosis canina, ya que el control de la enfermedad en los perros es una de las medidas más importantes en la lucha frente a la leishmaniosis humana. 

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, se estima que 310 millones de personas están en riesgo de sufrir leishmaniosis en todo el mundo, registrándose más de 300.000 casos anuales. Desde 2009, el suroeste de Madrid sufre el mayor brote de leishmaniosis en Europa Occidental con más de 700 personas afectadas. 

El grupo de investigación de la Facultad de Veterinaria de la UCM ya ha desarrollado una vacuna de ADN contra la leishmaniosis que se ha mostrado efectiva en el modelo canino y murino (ratones y ratas). El investigador principal del proyecto, Gustavo Domínguez Bernal, afirma que su objetivo es desarrollar una vacuna y un tratamiento para combatir esta enfermedad aplicando la nanobiotecnología, que es una magnífica herramienta para introducir los principios activos hasta las células diana en los procesos patológicos humanos y animales. 

Domínguez Bernal espera conseguir, a través de Precipita, un mínimo de 4.000 euros para destinarlos a la obtención y funcionalización de las nanopartículas de polímeros biodegradables (PLGA) que pretenden utilizar como formulación terapéutica y protectora. Todo el que lo desee puede convertirse en mecenas de este proyecto haciendo su aportación aquí

En la actualidad, no existe ninguna vacuna capaz de prevenir esta enfermedad en las personas. En Europa se comercializan dos vacunas para perros y existen varios tratamientos para animales, sin embargo, la eficacia de las vacunas es muy limitada y los tratamientos presentan inconvenientes muy importantes como la toxicidad, los elevados costes, la necesidad de numerosas aplicaciones y el desarrollo de resistencias parasitarias. 

Estos fallos podrían deberse a que, hasta ahora, solo se ha intentado luchar contra el parásito, mientras que, según Domínguez Bernal, es imprescindible contrarrestar también la reacción del cuerpo, la respuesta inmunopatológica, que es, en definitiva, la que conduce a la enfermedad.  

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