Monday, March 1, 2021

La investigación científica internacional ha demostrado y publicado numerosas evidencias sobre las mejoras de resultados que se obtienen cuando se substituyen las prácticas basadas en edumitos por las que parten de evidencias científicas de impacto social (Díez-Palomar J. 2020; European Commission 2019). Mejoras que pueden tener un fuerte impacto social. Tener esto en cuenta es imprescindible para avanzar hacia la equidad,  que como dice la UNESCO “supone reducir las disparidades basadas en el sexo, la pobreza, el lugar de residencia, la pertenencia étnica, la lengua y otras características”.

Ya en 1973, Harvard Educational Review (Edmonds 1973) dedicó un conjunto de artículos a demostrar los errores de informes que, como el de Coleman y Jencks, habían llevado a negar la capacidad de la escuela para superar desigualdades sociales y, por consiguiente, a apoyar recortes en educación y, especialmente, en los programas dirigidos a los sectores más desfavorecidos; perjudicando la valoración social de la educación. La Dirección General de investigación de la Comisión Europea  publicó hace años la lista de los 10 proyectos de investigación europeos de mayor éxito. Entre ellas, aparecía una sola  investigación de ciencias sociales y humanidades, que concluía que los centros educativos de bajo nivel socioeconómico que implementaban prácticas basadas en evidencias científicas obtenían unas extraordinarias mejoras de resultados (European Commission, 2011). La Dirección General de Educación a nivel europeo publica desde entonces el European Toolkit for Schools para profesorado y escuelas incluyendo en él, entre otras, prácticas basadas en evidencias científicas de impacto social.

Sin embargo, todavía hoy en muchas universidades se sigue formando a profesionales de la educación en edumitos sin ninguna referencia a las evidencias científicas de impacto social publicadas en revistas científicas. Cuando profesionales así formados llegan a escuelas con bajo nivel socioeconómico y familias con poco bagaje escolar y mucha diversidad cultural, esperan que su alumnado tenga unos resultados también bajos, y efectivamente los obtienen pues se trata de una profecía fatalmente autocumplida. Con una formación que marque la diferencia entre edumitos y evidencias científicas de impacto social, ese mismo profesorado en ese mismo contexto obtiene amplias mejoras en el alumnado.

Horizonte Europa y otros programas internacionales de investigación científica han dejado clara la diferencia entre evidencias científicas y el subconjunto de ellas que han demostrado su impacto social (Besselaar et al., 2018). Todas las evidencias científicas son muy importantes, pero las imprescindibles para la práctica profesional son las que han demostrado su impacto social. Hay muchas evidencias importantísimas y que algún día posiblemente contribuirán a la mejora de las prácticas pero que todavía no han demostrado obtener esas mejoras en ningún centro educativo. A diferencia de los edumitos, es muy importante conocerlas pero no son suficientes para avanzar en la superación de desigualdades de resultados y, por tanto, en la equidad. Hay, por ejemplo, evidencias científicas que describen desigualdades pero que no aportan conocimientos sobre las prácticas para superar esas desigualdades.

Las evidencias científicas de impacto social son las que nos indican qué prácticas mejoran los resultados del alumnado y cuáles no. Además, también dejan claras sus limitaciones y nos indican cuáles funcionan bien en un determinado tipo de centro o contexto y cuáles son las que obtienen mejoras en cualquier contexto en el que se implementen con rigurosidad.

En la actualidad, las prioridades de Horizonte Europa y, en general, de la investigación científica mundial en todos sus ámbitos, están centradas en:

  • Obtener evidencias científicas de impacto social.
  • Lograr que las conozca toda la ciudadanía, haciendo así real el artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos sobre el derecho a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él se derivan.
  • Fomentar la participación de la ciudadanía en la co-creación de esos conocimientos científicos.

Esas líneas son comunes para todos los campos científicos y ámbitos sociales. En el caso de la educación, las prioridades son:

  • Aclarar la diferencia entre edumitos, evidencias científicas y evidencias científicas de impacto social.
  • Formar en esa diferenciación no solo a profesionales, sino también a familias, al alumnado y a la propia comunidad.
  • Fomentar la participación de la ciudadanía en la co-creación de esos conocimientos científicos, dentro del ámbito educativo.

Esta dinámica avanza con mayor rapidez en unos países que en otros, en unos ámbitos más que en otros, en unos centros educativos más que en otros, pero no tiene vuelta a atrás, es imparable. En todos los lugares del mundo, quienes priorizan la evidencia científica están dando avances hacia la equidad educativa y social que nunca se habían visto con anterioridad. Incluso en los momentos más duros de pandemia y de confinamiento total, ha habido muchos centros educativos que han continuado superando las desigualdades y suponiendo un ambiente pleno de las emociones y sentimientos que más necesitaban las niñas y niños.

A día de hoy hay centros educativos de los niveles socio-económicos más bajos dentro de su país, con familias inmigrantes pobres de muy diferentes procedencias y bajos niveles escolares, que obtienen en matemáticas, lengua, y otras materias los mismos resultados que la media de su país e incluso que la media de los centros de más altos niveles socio-económicos, y que lo hacen con una mejor convivencia que ellos. Flecha, R. & Soler, M 2013). No se trata de una excepción o una casualidad, sino del resultado de una formación científica del máximo nivel que puede proporcionarse y se está ya haciendo en muy diferentes contextos.

Como muestra, podéis ver lo que han logrado en el Colegio Público Joaquim Ruyra, de Barcelona en el siguiente video:

¿Cómo fomentar la inclusión en el aula? Ejes: género, etnia, nivel socioeconómico?
15 de marzo de 2021

Si tras leer este artículo, os han surgido preguntas, uníos a un Facebook Live en el canal de FECYT dentro de dos semanas, el lunes 15 de marzo, a partir de las 19:00 h.

Podréis hablar en directo con Teresa Sordé, autora de este artículo, cuyas principales líneas de investigación son la discriminación y exclusión social, la superación de desigualdades, migraciones, minorías étnicas y género; y Milagros Sáinz, que publicará un artículo en nuestro blog la semana que viene y cuya investigación gira en torno al desarrollo de roles y estereotipos de género durante la infancia y la adolescencia, la brecha de género y la influencia de las familias y la escuela en la elección de estudios, o las diferencias de género respecto a las actitudes hacia las tecnologías.

Autor/a/es/as: 
Teresa Sordé
Teresa Sordé

Doctora por la Universidad de Harvard y la Universidad de Barcelona. Profesora del Departamento de Sociología de la UAB y vinculada al Grupo de Estudios en Migraciones y Minorías Étnicas. Sus principales líneas de investigación son la discriminación y exclusión social, la superación de desigualdades, migraciones, minorías étnicas y género. Ha participado en diferentes proyectos de investigación financiados por la Comisión Europea como INCLUD-ED centrado en estrategias de cohesión social desde la educación. Actualmente dirige el H2020 REFUGE-ED sobre la implementación de actuaciones educativas de éxito en contextos que van desde campos de refugiados a centros de recepción para migrantes a escuelas y centros residenciales de menores en seis países europeos.

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