España participa como país invitado en un curso de Diplomacia Científica en Trieste

Martes, 30 Agosto, 2016

La Coordinadora Científica y representante de FECYT en la Embajada de España en Estados Unidos, Ana Elorza, participó como ponente y representante de España en el tercer curso de Diplomacia Científica organizado por la TWAS (The World Academy of Sciences) y la AAAS (Academia Americana para el Avance de la Ciencia) en Trieste (Italia) durante la semana del 11 al 16 de julio. Tres países invitados presentaron sus estrategias de Diplomacia Científica: Reino Unido, Tailandia y España. 

En esta tercera edición participaron científicos de países emergentes y en desarrollo. Los 25 participantes fueron seleccionados entre 237 solicitudes de más de 80 países. Las ponencias se organizaron de forma interactiva con los alumnos fomentando en todo momento la participación de los asistentes y el intercambio de preguntas e impresiones. 

La TWAS, organismo internacional dependiente de UNESCO tiene como uno de sus ejes la Diplomacia Científica y lidera, en colaboración con la AAAS, este programa por tercera vez consecutiva que incluye desde 2011 y en cada edición conferencias, talleres, cursos y premios para construir un puente entre los mundos de la ciencia y la diplomacia. Toda la información está disponible en este enlace. 

El curso fue inaugurado el día 11 de julio en el ICTP-UNESCO (Centro Internacional de Física Teórica) por un panel de expertos consolidados en el ámbito de la Diplomacia Científica y la Ciencia en países en desarrollo. Entre las autoridades, participaron Rush Holt, máximo representante de la AAAS y ex-congresista de los EEUU, y Romain Murenzi, nuevo Director en UNESCO de Políticas Científicas. 

Vaughan Turekian, Asesor Científico del Secretario de Estado en el Departamento de Estado de los EEUU y la Princesa Sumaya Bint El Hassan, Presidenta de la Royal Scientific Society of Jordan, clausuraron el primer día con dos interesantes ponencias. 

Temas abordados

El curso abordó, en distintas sesiones a los largo de la semana, cuestiones de política internacional contemporánea relacionadas con la ciencia, la tecnología, el medio ambiente y la salud, al tiempo que daba una visión general de cómo la información técnica ha contribuido a diferentes desarrollos de políticas y estructuras internacionales. 

Destacaron como ponentes de relieve Tom Wang, Director del Centro de Diplomacia Científica de la AAAS; Marcella Ohira, Directora de Generación de Capacidades en el IAI (Inter-American Institute for Global Change Research); Ulla Engelmann, European Commission Joint Research Center; y Gihan Kamel única científica mujer en SESAME (Sincrotrón en Jordania). 

Todos ellos expusieron distintos casos en los que la Diplomacia científica ha sido relevante. Los ponentes profundizaron en el papel que desempeña la ciencia en el diseño de políticas públicas en temas complejos donde los gobiernos, las organizaciones internacionales y el sector privado intervienen. 

Estrategias de Diplomacia Científica

Tres países presentaron sus estrategias de Diplomacia Científica: Reino Unido (Ronit Prawer, Science and Innovation Attaché - ‎British Embassy Tel Aviv), Tailandia (Phawinee Chansamran, Diplomática en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Tailandia) y España (Ana Elorza, Coordinadora Científica en la Embajada de España en EEUU). El modelo español de diplomacia científica despertó mucho interés entre los alumnos y ponentes. 

David Schindel, del Smithsonian Institution, fue el encargado de explicar una simulación de conflicto diplomático entre dos países emergentes (con nombres falsos, Industria y Pacífica) asignando roles concretos a cada uno de los alumnos y profesores.

Los dos países, y sus respectivas delegaciones (que incluían ministros de distintos ramos, asesores, directores de fundaciones o representantes de la oposición al gobierno) tenían encomendada la misión de presentar a lo largo de la semana una propuesta concreta a una delegación del Banco Mundial (ponentes y organizadores del curso) por valor de dos billones de dólares.

Esta propuesta permitía resolver, mediante la diplomacia científica, los problemas que enfrentaban a ambos países.